La última vez que estuvo Marta en casa decidimos que, para su vuelta definitiva, iríamos a recoger el equipaje en coche. Aprovechando que... y que... y quequequé.... nos dimos cuenta que el viajecito supondría un pastón en combustible, un palizón de kilometros en nuestras redolidas vértebras y un no ver nada porque lo únicoquequieroesllegaralhotelydormir. Al ser yo la que oponía mayor resistencia a la acumulación de kilómetros me autoconvencí con la idea de que podría visitar el museo del neandenthal y repisar París. El otro día llegué de Cáceres y en casa estaban consultando vuelos y alquileres de coches. La decisión está tomada, los billetes comprados y el vehículo reservado. De hoy en un mes estaré recorriendo solo el norte de Alemania. Y digo yo... aprovechando que... y que... y quequequé... lo mismo nos acercamos a ver la Sirenita de Andersen ¿que no?
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