Hace una semana, con el supuesto de luna llena, quedamos para pasear el sábado por la noche. Cuando nos enteramos del eclipse, mantuvimos la cita (algunos protestaron más que otras). El paseo estuvo bien. Cortito y oscuro. No hubo ningún bicho que se dejara ver pero me gustó seguir el eclipse entre nube y nube. Alguna retrasada estrella fugaz vislumbramos de reojo. Y tropezones, risas y cómo no, pinchito al acabar el paseo. El próximo, en la berrea o en la ronca.
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