Estoy en ello. No me quejo, podía haber renunciado pero no quise. Mi razón: ya es hora de que se de cuenta la gente que hay otras maneras de hacer el trabajo. La uniformidad didáctica hace años que se acabó y hay que permitir innovaciones desde los puntos de acceso. Con todo, tengo que madrugar, ir y volver, cumplir con mi nueva función de secretaria del cole, en fin... las vacaciones del maestro. No me despisto, a lo que voy. Mañana comienza la fase B. Esta fase B tiene dos partes; en la B1 hay que defender una programación anual durante media hora y en la que no se permite ni un mísero guión. A continuación, otra media hora para defender una unidad didáctica que deben haber preparado en 1 hora de encierro. En esta defensa, puedes utilizar cualquier material con una condición: si usas ordenador, este debe estar apagado; si usas un teatro de guiñol, desmontado. Me parece una desfachatez y me da verguenza tener que examinar en un aula llena de ordenadores, en el paraíso de las nuevas tecnologías educativas y anunciar esa norma que supuestamente favorece la igualdad de oportunidades.
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