Sobre todo al atardecer, cuando ya no es hora de que en las casas se cocine, cuando han cerrado las fruterías y cuando los que juegan en las calles, pocos, se han acabado el bocadillo. Me llega el mal olor cuando he acabado de tomar mi gazpacho en la mesa camilla y disfruto de mi tiempo de ninguneo. Me huele mal hace tiempo pero, ahora más. ¿no hay nadie con poder de decisión a quién este olor le trastoque? ¿Acaso mi olfato se está hipertrofiando? Espero que antes de recurrir al asesinato, mi problema llegue a olidas de los grandes poderes locales.
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