Con el paso de los años me extraño menos. Son menos las situaciones que hacen que me inquiete. Si algo me sorprende dedico unos segundos a girar la cabeza, buscar su procedencia y adjudicarle nombre y adjetivos. Pero no debo estar en la edad de la paz y el sosiego. Me agobio cuando aparece cerca de mi un coche con ritmo de tuning. Hoy me apareció uno en el espejo retrovisor y en mis oídos. Mi corazón ascendió a la garganta a ritmo de unchi-unchi.
2 comentarios:
Y si encima se te pega ya es el colmo.
Yo paso miedo cuando se me pegan por detrás, ufff.
(genial el post anterior, no conocía esas cosas)
M.
Ahora tengo una vecina con novio tuning ¿será que me persiguen?
Besos!!!!
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