Como preveíamos anoche, la pereza física después de una cena tardía se hace más que evidente a estas horas de la mañana. Como aseverábamos anoche, el recuerdo de las buenas risas nos espabila nuestras destrezas habituales. ¡Cada uno a lo suyo! ¡A la tarea!
1 comentario:
Duro trabajar después de una noche de juerga.
Ahora, buena idea esa de usar de café los buenos recuerdos.
Un abrazo
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