La informática te puede jugar malas pasadas. Puede hacer que desaparezcas de la Seguridad Social. Seguirás recibiendo asistencia sanitaria pública, eso no se le niega a nadie. Pero, ¡Ay! de ti como algún funcionario emprenda alguna empresa de limpieza y actualización de registros. Se te acabó la paz, la asistencia sanitaria y comienza tu prueba de resistencia. Pasearás de oficina en oficina. Nadie podrá explicar qué pasa, como solucionarlo. Llamadas provinciales. Más paseos. Espera de envíos urgentes. Al final siempre aparece la persona amable que te soluciona el problema por compasión o por amistad. Listo para volver a enfermar.
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