Las mujeres equisele tendemos a ser fieles a la hora de comprar ropa. El motivo, la dificultad de encontrar la talla adecuada en tiendas habituales. Una no es que sea pija a la hora de vestir (en palabras de la familia, un poco zarriosa si que soy) pero si que me gusta tener determinado tipo de atuendo en el armario. Con esto del abandono del tabaco, mi placer por la comida se ha incrementado de manera abrumadora y a su vez, los kilos. En nuestra ciudad... un vaquero que pase de la 46 sólo te lo encuentras en carrefour tallas grandes o en algun perchero de alguna tienda de toda la vida; eso si, en la etiqueta te marcan los trienios y sexenios de la prenda. Si reniego de los vaqueros tengo que hacer algunos kilómetros. Norte, sur o este. Más de 100, mejor que mejor. Hoy, en Salamanca pude comprar algo que me gustaba sin indagar mucho. Me atendieron bien, buscaron la prenda que yo quería en el color que prefería. Pero no todo iba a ser perfecto: - claro, es la talla y el color que antes se venden. Solo faltó una cosa: estoy segura que podría haber conseguido mi deseo con un pelín de esfuerzo de la vendedora. Al fin y al cabo, eso dicen de esta gran cadena, que en todo el mundo y en dos días está la pieza que demandan las clientas. En fin, el placer no ha sido completo pero no protesto. De todas formas, sigo con mi intento de llegar a la L en breve y manteniendo mi fidelidad, por supuesto.
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