Si algún día tuviera que hacer mi tesis elegiría como tema los sms. Me entusiasman y me inquietan. Provocan multitud de interrogantes en torno a ellos y me enfado cuando me llega alguno ilegible o incomprensible. "Cat ikea llego". Recibir esto a las 8:00 h hace presuponer un tortuoso camino en el día que tenemos por delante. Después de darle vueltas al "pseudotexto" llamo al emisor para que me aclare el jeroglífico y como respuesta obtengo una risotada de esas que sugieren: ¡pero otra vez... qué torpe!. Y digo yo: La arbitrariedad del lenguaje también se aplica a éste pero hay algunas reglas no explícitas que a fuerza del uso y por culpa de la limitación de caracteres (160 aproximadamente) debemos asumir todas las personas usuarias (casi todas). Veamos:
¡Ah!, El catálogo de IKEA llegó.
- expresiones aconsonantadas. Las vocales son las que peor parte llevan. Toda la musicalidad del texto se va con ellas.
- Palabras como: por qué, por y para quedan reducidas a: xq, x y xa.
- ¡Fuera haches! (y por descontado tildes y puntuaciones)
- Uso indiscriminado de b o v. tendencia a la desaparición de una de las dos.
- Signos de interrogación-admiración solo al final.
- Reconversión de signos matemáticos: + , =, x, -, t2 (todos), s3 (stres)
- No mayúsculas: implicaría que chillas.
- Todas las palabras se escriben salvo las frases reducidas a siglas: tqm (te quiero mucho), kte ( ¿qué tal estas?)
¡Ah!, El catálogo de IKEA llegó.
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