Antiguamente era un seto continuo. Gracias al paso del semáforo y a la gente que no le gusta dar rodeos, al seto le fue creciendo un paréntesis, un espacio cero. Hace uno o dos años, la corporación municipal decidió hacer caso al pueblo. Pocas veces lo hace y así nos va. Como no preguntó a las personas habituales de la zona lo hizo mal, muy mal. Mejor dicho, lo hizo corto, demasiado corto. Todas las mañanas debemos evitar la línea recta. Siguen, seguimos dando un rodeo. A algunas nos gustan las cosas lisas, llanas y claras.
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