De la misma manera que utilicé este espacio para hacer una crítica de la mala calidad de algunas tiendas de Plasencia, tengo que felicitar al zapatero de Sor Valentina Mirón. Lo mismo arregla un roto que un descosido, una ristra de botones que una cremallera milimétrica. El caso es que como vaticiné sin ser bruja, el bolso se rompió en un mes y el, primorosamente, lo ha recompuesto. Si tienen algún problema de dificil solución hablen con mi zapatero.
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