lunes, octubre 24

batuecas


La excursión bien. Yo, descubriendo partes en mi cuerpo que ni siquiera pensé que existían. Mereció la pena ver las flores de los madroños, cabras jóvenes pastando muy cerca y hubo quién tuvo la suerte de toparse con un macho enorme. Desde la plataforma que se encuentra en el medio del risco de la foto, pudimos observar una cabra "sesteando" justo debajo del lugar desde donde fue tomada. Ese supuesto sesteo de la cabra era la última posición de un macho al que le habían quitado sus trofeos.
Cansado pero divertido. El chorro se ofrece como un premio después de subir un cuestón de estos que te hace creer que tu corazón se sale por la boca. De acuerdo, seré una exagerada pero para una que prefiere nadar 1000 metros a andarlos, lo de ayer no tiene nombre.
Y las criaturas pequeñas unas campeonas. A ver... iban Paula, Sira y Roberto. Tuvimos que cruzar el río 5 veces, una de ellas hubo que descalzarse y ¡Al agua, patos! Solo preguntaban ¿cuándo llegamos? ¿cuándo jugamos? A las dos mayores que íbamos con ellos nos daba verguenza resoplar las cuestas arriba. Por cierto, hice la ruta infantil.
Creo que en mis pulmones quedan muchos restos de nicotina y alquitran pero ya llevo casi 5 meses sin fumar.

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